lunes, 18 de febrero de 2013
Intentos fallidos...
"Es un simple bache", dicen. Pero y si se te pinchan las ruedas, ¿cómo sales de él? Algunos dicen "no sales", otros dirán "empujando".
Si, empujando... Puedes hacerlo una vez, y otra, y otra... y quizá otra más... Pero llega un momento en el que ya no puedes, te cansas... Te sientes frágil, débil, inútil, vacía... sientes que no eres capaz de superar ese obstáculo.
Lo intentas y fallas. Lo vuelves a intentar y vuelves a fallar. Caída tras caída.
Somos como un jarrón, parecemos fuertes, pero no lo somos. El jarrón se cae, se rompe somos capaces de arreglarlo. ¿Pero quién tiene en cuenta sus grietas? Ah...
Tú te caes, te levantas, y por mucho que "te arregles", al igual que el jarrón, siempre quedarán esas grietas. Grietas que, al volver a caer, se hacen más y más grandes, y llega un momento en el que esas grietas son imposibles de arreglar, de disimular... Entonces es cuando te rompes. Te rompes en mil pedazos. Pedazos que caen como lágrimas. Lágrimas que en un día de lluvia, caen a su compás.
Y dime, ¿cuántos intentos fallidos llevan escritas tus ojeras?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario