martes, 28 de febrero de 2012

La perfección

¿No te miras al espejo cada mañana? ¿Si? ¿Y qué ves? Un cuerpo...
Te miras y a veces piensas que tienes buen aspecto, pero... seamos sinceros, la mayoría de las veces sólo consigues sacarte defectos: tu nariz, tus orejas, tu pelo, tu estatura, tu peso...
¿Cuántas veces te has mirado al espejo sin ver un sólo defecto? Te maquillas, te pintas, te peinas, no comes intentando, así, adelgazar, haces deporte, sudas, sufres... ¿Y para qué? Para alcanzar tu meta... LA PERFECCIÓN. ¿Y qué es la perfección? No es más que un estereotipo marcado por la sociedad. ¿Quién y cúando dijo quien es perfecto? ¿Quién posee esa virtud que todos aclaman, luchan y hasta lloran por poseerla? LA BELLEZA. ¿Quién dijo quién es bello y quién no?
Te estropeas a diario solo para conseguir ser visto y aplaudido por la sociedad en la que vives. ¿Y qué beneficio obtienes? Luchas y luchas por alcanzar una meta que no vas a alcanzar... ¿Y sabes por qué no vas a alcanzarla? Porque la perfección NO EXISTE. No es más que un cuento... LA IMPERFECCIÓN, ese sí es un don perfecto. Ser como sólo TÚ eres, eso es la perfección. Que no te importe ser muy alto, con tu estatura podrás alcanzar tus metas más altas. Que no te importe ser muy bajo, personas pequeñas han llegado muy lejos en la vida... ¿por qué tú no?
Cada uno de tus defectos te convierte en quien eres, UNA PERSONA ÚNICA. Así que esos defectos que tanto odias, no son más que virtudes. Así pués, volvamos a una de las preguntas del principio: ¿Cuántas veces te has mirado al espejo sin ver un solo defecto?

Levántate cada mañana y ponte frente al espejo. Mira ese michelín, esa cintura, esa nariz, esos ojos... Todo eso es tuyo. Tuyo y de nadie más. Y eres magnífico así. Riete de cada uno de esos defectos que en tí se reflejan como virtudes. Sal a la calle con la cabeza bien alta y olvidate de lo que los demás llaman belleza. Cuidate, haz deporte, ponte guapo/a... Pero despeínate de vez en cuando. Disfruta. Se feliz. Porque tú eres perfecto, perfectamente imperfecto.

lunes, 27 de febrero de 2012

¿Por qué somos tan distintos? Si somos tan iguales...

Es cierto que cuando consigo abrir los ojos, otros llegan y los cierran. Pasamos la vida corriendo, encima lo hacemos en distintas direcciones, eso provoca que lleguemos a chocarnos unos con otros.
Cuando me acuesto, un mundo se levanta, cuando río, decenas o millones de personas están llorando en ese mismo instante. Escribo mientras otros leen, canto cuando otros están escuchando música. Sueño, cuando hay personas que creen que los sueños son imposibles, y han dejado de convertirlos en realidad.
¿Por qué somos tan distintos? Si somos tan iguales...
No puedo evitar observar, intentar escuchar al mundo, aprender de él, pero nunca consigo entenderle. Yo compro, y tu pides, Lucho, sin embargo tú te rindes.
He dejado de querer comprenderlo todo, me he parado en una calle repleta de personas, y he mirado a la vida como si ese lugar estuviese vacío. Sin miedo, sin dolor, sin ni siquiera tener que pensar.
Cada día, a esta misma hora alguien esta gritando de felicidad, y otros tantos de dolor. Es tan distinto, pero tan real... Si todos hiciéramos las mismas acciones a la vez, si todos saltáramos al mismo tiempo, temblaría el mundo.
Hay que llegar a comprender, que cada paso que damos, es simplemente eso: un paso. Siempre se puede retroceder, parar a descansar, o correr un poco más rápido. Somos dueños de nuestro destino. Aunque a veces la vida parezca injusta, aunque creamos que merecemos mucho más de lo que tenemos, si hoy no nos rendimos, mañana puede ser todo muy distinto, puede ser mejor. Solo si realmente conseguimos seguir despiertos, luchar y avanzar sin miedo a caernos, podremos volver a levantarnos.

domingo, 26 de febrero de 2012

Mi camino... la soledad.

La vida es como un camino, un camino lleno de baches y piedras que hay que aprender a esquivar. Cada persona tiene el suyo propio, algunos no encuentran apenas piedras en su camino, otros, se encuentran con algunas, pero aprenden a esquivarlas, algunos pocos, los más fuertes, aprenden a levantarse, y cada caída les enseña un poco más a manejarse... y otros vamos cayéndonos cada dos por tres, pensando que si nos levantamos de cada caída, aprenderemos a esquivar esos baches que nos seguiremos encontrando... pero simplemente nos pasamos gran parte del recorrido tirados por el suelo... supongo que lo más inteligente sería levantarse, de hecho yo antes lo hacía... pero la caída siguiente cada vez era más fuerte... asique llegó un momento en el que decidí no levantarme, de esa forma, estando en el suelo, no podría caerme, aunque está claro que tampoco podría avanzar... pero el dolor sería más leve, poco a poco, veía como mi camino se oscurecía cada vez más y más, hasta verme sumergida completamente en la oscuridad... Me encontré en un pozo sin fondo, rodeada de frío… solo hubo alguien que no me abandonó nunca, me gustaba llamarlo SOLEDAD. Ese sentimiento de aislamiento y desamparo me invadió el ánimo… Pero sin yo esperármelo, tras haberme dado completamente por vencida, divisé un pequeñito rayito de luz… Ese rayito de luz ha ido iluminando poquito a poco a mi vida… Pero el miedo me ha vuelto a invadir… No he dejado de tropezarme en el camino… Casi siempre con las mismas piedras… Tengo personas que me tienden la mano, y me ayudan a continuar… pero tengo miedo de que se cansen de tirar de mí… Una sensación de angustia me invade… ¿Volverá a repetirse esa etapa de mi vida? No quiero volver a encontrarme a oscuras… No quiero que el frío me invada… No quiero que la amarga soledad vuelva a acompañarme en el camino… Es la única compañía que no quiero tener a mi lado… Tengo miedo… Voy sintiendo un frío cálido… Estoy acostumbrada a encontrarme rodeada de todo… y sentirme rodeada de nada…
Desde aquí quiero darle las gracias a esas personas que hicieron que mi mundo volviese a cobrar luz, y pedirles, que por muy pesado que se haga el camino a mi lado, no se alejen…
Y a todas las personas que comparten este sentimiento: sonríanle a la vida. Aunque este sentimiento nos invada casi siempre, no estamos solos. Miren a vuestro alrededor. Están rodeados de gente, gente que les quiere, y que estarán dispuestos a caminar a su lado. Cada vez que se tropiecen en el camino, no tomen la misma decisión equívoca que yo… Levántense. Ríanse de su caída, aunque cueste. Habrá personas que estarán ahí para apoyarles, y ayudarles a levantarse y esquivar las piedras del camino. Recuerden: es mejor una sonrisa triste que la tristeza de no saber sonreír.

Quiero dedicar esta entrada a una persona que me ha ayudado, que ha aportado un rayito de luz a mi vida, y sé que comparte este sentimiento y sensación amarga de la cual acabo de hablaros... No estás solo. Cada vez que te tropieces, pienso estar ahí para tirar de ti y obligarte a levantarte, y cuando el camino sea ameno y no encuentres piedras en él, también estaré ahí, para acompañarte y mostrarte que no todos los baches nos hacen caer, algunos sólo nos enseñan a continuar. Te quiero.

sábado, 25 de febrero de 2012

Maltrato "sutil"

Impresiona y a la vez emociona este cuento de Diego Jiménez sobre los mensajes destructores que nos envía la sociedad a las mujeres practicamente desde que nacemos y van anulándonos poco a poco la autoestima llevándonos a necesitar ser miradas por alguien para" existir" y a olvidar lo que valemos en realidad.

Un día cualquiera, en una ciudad culaquiera, de un país cualquiera, nació una niña preciosa. Sus maravillosos ojos lo miraban todo con curiosidad. Y cuando empezó a caminar por la ciudad la dijeron, que para ser guapa, había que llevar vestidos bonitos, y dejó de sentirse guapa si no llevaba un lindo vestido. Y la dijeron, que si cambiaba el color de su piel, sería mucho mas guapa, y la enseñaron a maquillarse; y dejó de sentirse guapa si no iva maquillada. Y la dijeron que para ser guapa, tenía que ser más alta,y se puso y sufrió sus primeros tacones, y se sentía bajita y enana si no llevaba tacones. Y la dijeron, que para ser guapa, tenía que ser delgada, y ya nunca pudo comer lo que le gustaba sin sentirse culpable. Y la dijeron que su pelo, y la dijeron que su cintura, y la dijeron que su pecho... Hasta que aquella niña se sentía tan fea, que todos los días necesitaba hacer grandes sacrificios para sentirse un poco mas guapa. Terminó por estropearse la piel, maquillandose a diario; destrozarse los pies, al llevar tacones muchas horas; desnutrirse, al mantenerse extremadamente delgada. La habían enseñado a no quererse como era, a necesitar cientos de añadidos ortopédicos para ser digna de los demás. Hasta que empezo a temer que los demás descubrieran como era ella en realidad.
Y sintiendose fea, se enamoró de un chico, que la trataba como si ella no fuera digno de él. y a ella, le parecía NORMAL. Y sintiendose así, fea, sin aceptarse a sí misma, permitió que la maltrataran.





No olvides nunca que la verdadera belleza es una actitud, y que eres increiblemente preciosa, cuando eres auténtica.