Te miras y a veces piensas que tienes buen aspecto, pero... seamos sinceros, la mayoría de las veces sólo consigues sacarte defectos: tu nariz, tus orejas, tu pelo, tu estatura, tu peso...
¿Cuántas veces te has mirado al espejo sin ver un sólo defecto? Te maquillas, te pintas, te peinas, no comes intentando, así, adelgazar, haces deporte, sudas, sufres... ¿Y para qué? Para alcanzar tu meta... LA PERFECCIÓN. ¿Y qué es la perfección? No es más que un estereotipo marcado por la sociedad. ¿Quién y cúando dijo quien es perfecto? ¿Quién posee esa virtud que todos aclaman, luchan y hasta lloran por poseerla? LA BELLEZA. ¿Quién dijo quién es bello y quién no?
Te estropeas a diario solo para conseguir ser visto y aplaudido por la sociedad en la que vives. ¿Y qué beneficio obtienes? Luchas y luchas por alcanzar una meta que no vas a alcanzar... ¿Y sabes por qué no vas a alcanzarla? Porque la perfección NO EXISTE. No es más que un cuento... LA IMPERFECCIÓN, ese sí es un don perfecto. Ser como sólo TÚ eres, eso es la perfección. Que no te importe ser muy alto, con tu estatura podrás alcanzar tus metas más altas. Que no te importe ser muy bajo, personas pequeñas han llegado muy lejos en la vida... ¿por qué tú no?
Cada uno de tus defectos te convierte en quien eres, UNA PERSONA ÚNICA. Así que esos defectos que tanto odias, no son más que virtudes. Así pués, volvamos a una de las preguntas del principio: ¿Cuántas veces te has mirado al espejo sin ver un solo defecto?